El 10 de junio del 2021 hice mi cursillo, cobijada bajo una mascarilla por la pandemia que vivíamos y con la valentía y el brío que te da el Señor para seguirle cuando, apenas 4 años antes, había experimentado un encuentro personal con Jesús, mi verdadera conversión.
Me decidí a ir sola, sin conocer a nadie, sintiéndome plenamente acompañada por El…, con la confianza que da su providencia…, el sentirse entre sus manos…, su protección…, su ternura… en definitiva sentirse amada; pero con una Fe recién nacida pendiente de mucha maduración.
Pero el Señor me quería mostrar allí algo muy diferente a lo que yo pensaba; el Señor me esperaba con la Verdad, con el Amor verdadero, ese que no es fruto de un enamoramiento, ese que está por encima del sentimiento, ese que necesita bajar para luego subir, y allí… me bajó al desierto, a encontrarme conmigo misma, a saber quién soy, porque hasta que no te encuentras a ti misma no puedes encontrar a Dios, a sentir mi debilidad, mi necesidad, El Es….YO NO. A morir a mi viejo yo, a comenzar mi Yo actual, el que se asemeja a su voluntad, a lo que Él tenía pensado para mí, ese “YO” que constantemente se renueva al caminar de su mano.

Este abajamiento fue todo subjetivo, estaba en mi interior, mis dudas, mis prejuicios; recuerdo, en esa habitación de pared blanca y un crucifijo colgado, preguntarme ¿Para qué me has traído? solo el tiempo me haría comprender… porque sus tiempos no son nuestros tiempos.
Y paralelamente me mostró un «mundo de colores» formado por personas que dan lo mejor de ellas por amor a Jesucristo, personas que te muestran la cara más afable y que caminan con la verdad de la vida.
Y es que me llevó para decirme una fórmula secreta, una que solo sabe Él y los que le siguen:
Hay paz en medio de la tribulación, del desconcierto, del temor, de la soledad, Yo estoy contigo siempre y te quiero como seas y si alguna carencia o humillación se muestra no es nada más que para que luego se vea la Gloria de Dios, lo que Dios hace si te dejas hacer por Él y entonces asumí las palabras de nuestra Madre la Virgen María: ¡¡¡ Hágase!!!
En mi cuarto día, literalmente, el Señor me puso una frase que apunté en mi mesa de trabajo rápidamente: ¡¡¡ ID A HABLAR CON VALENTÍA EN LAS SINAGOGAS!!!
En principio tengo que preparar un Pregón a nuestra Madre la Virgen Inmaculada. Y estoy segura que el Señor me tendrá preparado un futuro muy relacionado con esta frase.
En mi cuarto dia, doy catequesis a niños de comunión, compagino mi vida de familia y de trabajo junto a mi vida de Fe en la Parroquia y enriquecida con la llegada de Las hermanas de la Fraternidad Reparadora.

Bujalance recibió esta comunidad de 10 hermanas que se encuentran en antiguo convento de las Carmelitas de San José y Santa Teresa, que tras tres años y medio cerrado por la falta de hermanas que pudieran habitarlo y mantenerlo. En Enero 2022 acoger a la orden femenina de la Fraternidad Reparadora -con apenas cuarenta años de existencia- para fijar allí una casa-noviciado. Esta comunidad de 10 hermanas, tienen una vida austera, adoran al Santísimo, viven de la caridad de la gente y se dedican a actividades de la parroquia, charlas, funciones religiosas, retiros, catequesis a niños y jóvenes y visita a enfermos.
Además de mostrarnos la felicidad que solo Dios sabe dar con una imborrable sonrisa. Estas hermanas han hecho que nos acerquemos más aún a Jesús vivo, que veamos y sintamos la alegría de sentirse hija de Dios.
Mi vida está en sus manos, me dejo hacer por Él cada día, mi futuro se lo brindó, escríbelo Señor y dame la fortaleza de que, aunque no comprenda algunas cosas confíe en ti plenamente.
Laura Cerrillo Ortiz (BUJALANCE) – Cursillo 1.115
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