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Una vida «de colores»

   Hice el Cursillo en el año 2000, pero fue cinco años antes cuando el Señor me llamó, y lo hizo a través de personas que puso en mi camino: un sacerdote, D. Manuel Sánchez, y una amiga, Carmeli, quienes me invitaron a una reunión de grupo, en la que me di cuenta, que en aquél ambiente era donde quería estar, donde me sentía realizada y, en definitiva, era feliz. Una vecina, también cursillista, empezó a llevarme, -a una tiendecita que yo tenía al lado de su casa-, el Evangelio, e iba empapándome de la vida de Jesús y enamorándome cada vez más de Él, a la vez que me iba también conociendo a mí misma y comparando mi vida con la suya. Fue entonces cuando dije “sí” a Jesucristo, a pesar de los problemas que empecé a tener en casa por su causa. Dije “sí” y encontré la felicidad. Jesús se instaló en mi vida. Empezó a sacar lo bueno que había en mí. Sentía su amor y era capaz de amar… Sentía su misericordia y era capaz de perdonar… Era algo tan grande lo que me estaba sucediendo, que sólo quería hacer saber a todo el  mundo lo que había encontrado. Como la dialéctica no es lo mío, intento llevarlo a los demás a través de mis obras. 

   Me hice cargo del coro parroquial. Y estoy segura, que el Señor me dio la voz para que la pusiera a disposición de los demás, y darlo a conocer en las oraciones cantadas. Otras veces, ayudo en la limpieza del templo o dando  catequesis; y en todo aquello que me necesiten y según mis posibilidades.  Por supuesto, sigo yendo a las reuniones de grupo y procuro tener todos los días un tiempo de oración diaria, a solas con el Padre.  También me encargo de los cantos en la parroquia de Doña Rama, a la que asisto desde hace unos cinco años

   Animo a todos los que no han vivido el Cursillo. Conocer a Jesús no es algo mágico, no quita en un “plis plás” los problemas, preocupaciones, ni nada cotidiano… Lo que sí cambia es la manera de afrontarlos, de ver la vida…, porque ya no estás sólo. Jesús está contigo diciéndote: «Ánimo, no desfallezcas, yo estoy contigo y no voy a dejarte nunca».  Quien no conoce a Cristo ve la vida en blanco y negro, quién lo ha encontrado la ve DE COLORES.  Un abrazo.

Maribel García
Cursillo nº 849

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