Es curioso que una experiencia tan dramática como es la pérdida de una madre, puede hacer que empieces a ver al Señor por todos lados…ves al Señor en forma de familia y amigos que se vuelcan contigo, ves al Señor en forma de gestos en compañeros de trabajo cada día, ves al Señor en forma de médicos y enfermeras, que te hacen sentir más como un familiar que como un paciente…ahí descubrí al Señor y fue lo que me llevó a hacer los cursillos de cristiandad.
El cursillo para mí ha sido una experiencia única e irrepetible. Un encuentro con el Señor, que hace que te reconforte hasta en los momentos más difíciles, y que veas la vida desde otra perspectiva.
Una de las cosas que descubrí en los cursillos, es que no hay que hacer grandes acciones para empezar a imitar a nuestro modelo, que es Jesucristo. Simplemente enfocando tu vida diaria de manera distinta hace que ya podamos empezar a Vivirlo. Cualquier acción que cada uno realice en su vida diaria, si lo enfocamos de manera distinta nos puede llevar a Vivirlo de manera intensa.
La Oración, le Meditación y el AMOR al prójimo, nos lleva hacia Dios con paso firme.
Pedro
Cursillo 1099
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