A mi llegada el Viernes por la noche a la Casa de San Pablo, la sensación que tuve, fue de tristeza, pero a partir del Sábado todo empezó a cambiar, se nota que el Señor, empezó a echarme una manita, para que pudiese caminar y empezar a vivir esta experiencia tan gratificante y que tanto ha aportado a mi vida.
Todo el Equipo encargado de la organización , nos lo pusó muy fácil, haciendo que me encontrará “nuevamente” con el Señor.
En el Cursillo hemos aprendido que nunca se puede caminar sin la mano de Dios, que Él nos ha elegido y que nosotros no debemos de soltarnos de Su mano, que la vida sin FE, no es en una vida plena.

También aprendimos que la Fe es necesaria vivirla en Comunidad, para que, ante los momentos de flaqueza, (porque existe el demonio que continuamente nos está tentando), alguien tire de nosotros, y no nos soltemos de la mano de Jesús, ya que sin Él no somos nada.
Nos ha enseñado que no hay cosa más grande que el amor de Jesucristo, porque Él, es puro amor (dio su vida por mí).
El haber hecho el Cursillo con Ángel, mi marido, ha provocado que al vivir los dos la misma experiencia, podamos compartir los mismos sentimientos hacia Jesús en nuestro día a día. Desde ese momento, empezamos a vivir nuestro 4º día en un Grupo de Fe.
El Cursillo 1.134, nos ha cambiado la vida y doy gracias, al Espíritu por haberlo puesto en nuestro camino. !!DE COLORES!!
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