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Pastoral penitenciaria

La Pastoral Penitenciaria es uno de los ejemplo que os proponemos para vuestra acción evangélica. Los voluntarios visitamos a los internos de la prisión. Allí celebramos la Eucaristía con aquellos que pueden asistir. Con los que no pueden salir a la Eucaristía, compartimos en su unidad la  Celebración de la Palabra. Durante los tiempos litúrgicos más fuertes (Navidad, Semana Santa etc.) se realizan charlas especificas para preparar estos momentos. Ademas tenemos reuniones semanales con los internos en sus unidades donde compartimos situaciones, ilusiones y esperanzas.

Los Objetivos que tenemos son:

  • Acompañar al exterior a aquellos internos que salen a diario a diferentes centros como Proyecto Hombre, Fraisen o Promi.
  •  Se realizan cursos de recuperación de Carnet de conducir por pérdida de puntos. También se promueven cursos de formación y actividades lúdicas mediante la presentación de los proyectos correspondientes.
  • Se intenta tener contactos con algunas familias de algunos internos que no residen en Córdoba para tranquilizarlos sobre el estado de su familiar interno.
  • Se les proporcionan, ropa, calzado intentando atender a todas sus necesidades, atendiéndolos desde un ropero que la Pastoral tiene.
  • Se realiza una reunión mensual de formación y revisión de las acciones de la Pastoral en la Parroquia de los Trinitarios.
  • Intentar buscarles trabajos, ayudarles fuera, buscarles sitio para dormir en los permisos… En general, hacerles la vida más fácil cuando salgan.

El lugar habitual donde nos reunimos es la prisión de Córdoba. Debido a los diferentes horarios que tenemos los voluntarios, no tenemos un horario determinado, aunque por lo general son las mañanas de los sábados o domingos.

Desde el primer momento, la acción de la Iglesia con las personas encarceladas es continuadora de las palabras y de los gestos del mismo Cristo que inició su vida adorado por pastores (de no muy buena reputación), desarrolló su vida pública “en malas compañías” y la culminó muriendo entre ladrones. El, que no dudó actuar en los márgenes de la sociedad, no dejó de llamar al hondón del corazón de cada ser humano sabiendo siempre que cada uno es mucho más que su comportamiento por errado que fuera. Por eso, para la Iglesia son normativas sus palabras de perdón y liberación integral a los pecadores, su compasión para con los “heridos de la vida” y su escandalosa amistad con publicanos y pecadores. De parte de Dios, brindó a los pobres la más esperanzadora de las bienaventuranzas y “canonizó” personalmente a un peligroso delincuente condenado a muerte. En definitiva, el que Jesús pasase “por el mundo haciendo el bien, porque Dios estaba con Él” (Hech 10,37), constituye una referencia inexcusable en el quehacer de la Iglesia en el medio penitenciario. “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo«.

Y en este que hacer como miembros de la Iglesia algunas personas pertenecientes al Movimiento de Cursillos de Cristiandad estamos también integrados en la Pastoral Penitenciaria. La misión de este voluntariado es llevar la Palabra de Dios a las personas que están privadas de libertad. Tratar de que ésta Palabra los libere de sus esclavitudes y trasmitirles la esperanza en Jesús resucitado.

Si estás interesado y crees que Dios te llama a trabajar para la Iglesia en la Pastoral Penitenciaria. No dudes y llamanos.

Teléfono de Contacto. 692206084.

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