#

DIOS ES PERDÓN Y MISERICORDIA

Cuando el que es ahora mi director espiritual, importantísimo en la vida de un cristiano, me propuso hacer el Cursillo de Cristiandad, me tendió la mano y yo se la estreché diciendo sí, lo haré, no le estaba diciendo SI a un sacerdote, le daba mi sí a Dios.

Yo, en ese momento, no lo sabía, aunque Nuestra Madre, ya se estaba encargando de mí y preparándome para encontrarme con Nuestro Señor Jesucristo. 

Y efectivamente, así ocurrió en mi cursillo, el 1094, el cual fue para mí un antes y un después en mi vida; en lo personal , en lo espiritual e incluso en mi matrimonio.

En este, senti SER AMADO POR EL SEÑOR y al mismo tiempo aprendí a amar porque Dios es AMOR, también que las verdaderas cosas requieren sacrificio, confianza, lealtad y que Jesús está en todo lo cotidiano, en ser sencillo, en las cosas del día a día. Fue un encuentro pleno y total con nuestro Señor Jesucristo y sobre todo con un Dios compasivo y misericordioso en el sacramento de la reconciliación, donde siempre nos espera como Padre nuestro que es.

Actualmente, Jesús es el centro de mi vida y aunque a veces yo, sin querer, me aleje, Él me atrae de nuevo y si alguna de sus invitaciones no es para mí, las más atractivas, si son las más transformadoras y doy gracias por dejarme llevar por Él y porque me quiere tal como soy (llegando a dejar su Gloria, para cambiar mi historia).

Después del cursillo, mi vida cambió completamente, me siento feliz, pletórico, Dios me ha puesto patas arribas, llevándome a colaborar con Mi Parroquia de San Bartolomé, ayudando en todo lo que se necesite en Cáritas parroquial, prestando un servicio a muchas personas con muchas necesidades. Y porque la fe se comparte y hay que llevarla en comunidad, (solos no podemos), formo parte del grupo de los cursillos de mi parroquia, mi gran familia y la cual me ayuda en mí caminar.

Desde hace un año, el Señor me eligió para ser presidente de la Adoración Nocturna de Montoro, algo impensable para mí, hace unos años, me hace muy feliz pasar largos ratos con Jesús Sacramentado en adoración.

¡¡¡Los caminos del Señor son inescrutables¡¡

Ser adorador me ayuda y fortalece a vivir cristianamente, por qué la noche con su calma es ideal para escuchar la Palabra de Dios, para la reflexión, la oración y el examen de conciencia, convirtiéndonos en testigos de noche y apóstoles de día. Adorar a Dios es brindarle nuestro amor, reverencia y devoción.

“He encontrado mi tesoro escondido en el campo y lleno de alegría, quiero vender todo lo que tengo para comprar el campo”

José María Rodríguez – MONTORO (Córdoba)

Cursillo N.º. 1.094

Comparte tus opiniones

Comentarios

  • Teresa M. Gutiérrez Zafra
    06/11/2023

    Gracias por trasmitir tu felicidad

Dejar un comentario: