El Cursillo ha sido una experiencia impresionante, llena de emociones, un encuentro conmigo mismo: tres días fuera del acelerado ritmo de vida, que me han permitido mirar en mi interior, y ante todo, un encuentro con el Señor, que me ha invadido de Amor.
Allí, gente de a pie, en un ambiente de amistad, nos han enseñado cómo vivir en Cristiano, la importancia de los Sacramentos, la trascendencia de ponernos en manos del Señor. Mi mayor emoción ha sido descubrir y sentir que en la Eucaristía está el mismo Cristo presente.
Después del Cursillo, en el día a día, estoy experimentando que se puede vivir con mis problemas y preocupaciones, pero siendo feliz, haciendo al Señor presente en cada momento. He descubierto que el mayor tesoro es estar en vida de Gracia, vivir en plenitud.
Animo a todas las personas a que lo hagan. El Señor es el camino de la salvación y nos está esperando para guiarnos y para llenar nuestras vidas de sentido. Sólo tenemos que decirle “SÍ” y abrirle nuestro corazón. ¡Bendito el día en el que decidí hacerlo!
Manuel
Cursillo 1091
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