Cuando empecé el cursillo no sabía bien qué era lo que esperaba de él, pero superó cualquier expectativa que pudiera tener.
De todo lo que me llevé de allí (el amor de mis compañeros, el amor de Dios, la paz interior…) sin duda, lo que más ha cambiado mi vida ha sido el Perdón, sin saberlo, era lo que más necesitaba y allí, entré, el Señor me miró a los ojos y me perdonó, y un acto de amor tan grande te cambia la vida a ti y a los que te rodean.
Mis problemas siguen siendo los mismos, pero ahora sé que no estoy sola, tengo una familia de COLORES y a Dios de mi lado.
Inma
Cursillo 1090
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