El pasado día 18 la escuela de cursillos, como en años anteriores, se reunió para vivir la fiesta de la Navidad en familia.
Primero tuvimos una preparación espiritual, celebrando una preciosa Eucaristía en la capilla, que una vez más, se quedó pequeña. En las lecturas del día se nos recordó que hemos de estar alegres porque Jesús se encarna en la historia de la humanidad marcándonos el camino de la felicidad.
A continuación compartimos una cena fraterna elaborada con delicadeza y cariño por la Vocalía de Casa donde cada uno de los colaboradores pusieron todo su corazón y saber culinario, pues todo estaba riquísimo. La velada fue entrañable, una cena de comunión fraterna que discurrió compartiendo saludos, encuentros y la degustación de platos deliciosos.
Ojalá, María, nuestra Madre, nos ayude a inundar con este clima de amor y felicidad, todos nuestros ambientes creando las condiciones para que Jesús nazca en todos los corazones.
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