Como tantos, iba haciendo mi vida con alegría, atendiendo las responsabilidades que había adquirido, familia, niños, trabajo… aunque feliz, me sentía un poco vacío, algo apartado de mi vida espiritual que de chico había cuidado pero ya estaba adormecida, buscando la felicidad que hoy tanto está de moda, pero sin llegar a encontrarla plenamente.
Cuando me ofrecieron asistir a cursillo San Pablo sentí dentro de mí que debía ir…. una oportunidad para parar durante unas horas y mirar en mi corazón… allí me di cuenta que era mi gran amigo Jesús el que, después de tanto tiempo que yo lo había olvidado, me había tocado en el hombro: » Ven Emilio…. vamos a hablar un ratito…
No lo dudes, ve, el Cursillo es un gran regalo que Dios te ofrece, una oportunidad para revisar tu camino y sentir el cariño que te tiene.
DÉJATE QUERER!!
Emilio
Cursillo 1064
Comparte tus opiniones
Sin comentarios