#

Vivir un Cursillo en pandemia.

En este artículo me gustaría compartir, desde mi perspectiva,  la experiencia de preparar, vivir la experiencia del cursillo, y el camino después de esta experiencia.

Me remonto a verano del 2020, cuando desde el área de cursillos, me informaron del equipo que íbamos a formar parte de esta misión, tras el parón de aquel cursillo de marzo que se suspendió a puertas de empezar, justo antes del confinamiento que sufrimos en España.

Por un lado, la ilusión por la posibilidad de retomar el “dar cursillos”, por otro lado, tanta incertidumbre acumulada ante el  contexto en el que nos encontrábamos y que nos podíamos encontrar, pero desde ya os adelanto que vencía la ilusión responsable.

Empezamos a preparar allá por septiembre el cursillo y lo hacíamos en nuestra casa de San Pablo, disfrutando desde nuestra Capilla del Encuentro, y posteriormente, guardando la distancia correspondiente de seguridad también disfrutábamos en nuestro porche y al margen de la ubicación de la reunión todo se desarrolló con el cariño, dedicación y compromiso necesario para llevar a cabo nuestra misión.

Cariño, dedicación y compromiso de aquellos que empezamos y que finalmente “subimos” al cursillo. Dada esta situación tan extraordinaria, hubo dirigentes valientes que con responsabilidad  consideraron que no podían atender la misión y fueron extremadamente generosos al dar el paso a la retaguardia, nos sostuvieron con su oración.

Tuvimos una respuesta inmediata de personas que querían vivir el cursillo y este entusiasmo nos hacía centrarnos más y más en nuestra preparación, intentar acercarnos más a Dios, para luego poder acompañar a los cursillistas, pero no perdimos de vista, que quizás esa reunión podía ser la última. Esto nos llevaba a vivir con pasión cada instante.

Hubo muchas personas que se apuntaron al cursillo y que luego no pudieron asistir. Al igual que los dirigentes, esas personas actuaron con gran responsabilidad. Se me partía el alma cada vez que una persona me llamaba y me decía “He estado en contacto con un positivo, lo conveniente es que no asista” o “Estoy esperando los resultados… llamaba para ceder mi sitio a otra persona por si doy positivo antes de que sea tarde”. No sabía que decir en muchas ocasiones, pero me quedo con el convencimiento de que vino quien Dios quiso. Exactamente igual que en otro cursillo (sin la pandemia).

Llegó el día del cursillo, no he tenido más mensajes en mi vida, tantas oraciones, tanto cariño, tantas personas detrás, que me recuerdo en la capilla hablando con el Señor y le decía: “Gracias Señor, porque no merezco estar aquí pero tú así lo has querido”.

Y no os voy a contar cada instante del cursillo, solo compartir que no he estado en un sitio más seguro desde que esta situación llegó, bueno si, en mi casa. Nueva distribución en la sala de rollos, en la capilla, en los espacios de trabajo y compartir, distancia social, mascarillas… pero por todo lo demás, un CURSILLO EXTRAORDINARIAMENTE NORMAL, ¿acaso podía ser de otra manera? Dios es Dios y así nos lo volvió a mostrar. Derramó su amor, misericordia, posibilitó encuentros y reencuentros. Conmigo… no sabría definir que pasó, no voy a decir que me encontré con Él como la primera vez, pero sí voy a decir que me encontré con Él de una forma nueva… pues eso… extraordinariamente normal.

Apenas pudimos tener una reunión presencial después del cursillo, porque todo cambió muy rápido, ¿Qué os voy a contar de la segunda ola? Esto nos ha obligado a sustituir el contacto grupal con un trato personal más intenso, más íntimo con cada uno de los cursillistas. Redescubriendo nuevas formas, explorando nuevos caminos para mantener viva la llama de esta parte tan esencial en nuestro poscursillo y que tanto bien nos hace a todos.

La pandemia pasará pero no pasará el encuentro con Dios. La pandemia nos dejará cambios, pero nada como el cambio de descubrir el amor de Dios en mi vida.

Isaac Muñoz . Coordinador del Cursillo 1112.

Comparte tus opiniones

Comentarios

  • Manuel J.S.Horna Mendoza
    01/07/2021

    Desde el Peru,pertenesco al movimiento de retiros espirituales de la parroquia de magdalena del mar en Lima, OSDB de la orden salesiana. Un cursillo es una oportunidad de vida en recomponer,ratificar,consolidar nuestra relacion con Dios.No se trata de leer o saber lo que dice la Biblia sino autoevaluar nuestra conducta cristiana con el projimo que demuestre nuestra consecuencia con la palabra.
    Evaluarnos cuanto hemos mejorado en esta pandemia nuestra relacion con Dios .

  • Damber Radmilo Arista García
    01/07/2021

    Que gran noticia, que gran ejemplo, gracias de corazón. Soy de Lima, Perú, América del Sur. Justo anoche hablábamos de como hacer los Retiros Espirituales, y hoy me llega esta noticia de la experiencia de ustedes. Es Dios que habla, sin duda.

  • Teresa
    09/04/2021

    Qué buenas palabras Isaac así es yo lo descubrí cuando el año pasado me dejaron en paro y automáticamente cambió mi vida.
    Me incorporé aquí en Málaga a la una comunidad neocumenal y estoy muy feliz. En las celebraciones y entre las personas te das cuenta que Dios nos sostiene en cada situación.
    Yo hice el cursillo de cristiandad allí en Córdoba, y ahora preparo oposiciones así que dónde estaré tan sólo Dios lo sabe. La

  • Miguel Muñoz Aguilar
    09/04/2021

    Buenos días Isaac, soy Miguel del equipo de Cocina del cursillo 1112 que el Señor quiso regalarme a mi y a todos los que tuvimos la inmensa suerte de asistir, estoy completamente de acuerdo con tus vivencias que has relatado, pues las vivimos juntos y agradeceré siempre al Señor haberme permitido conocer a todas las personas maravillosas que Dios puso en mi camino.

  • Juan Fco. Creso Lopez
    09/04/2021

    Totalmente de acuerdo hermano Isaac en el Señor. A ver si vuelve la normalidad …..yo confío en el Señor!
    Cursillo 1111

Dejar un comentario: