Somos Manolo Quesada y Rosa Mª Pereda. Llevamos 31 años casados y tenemos tres hijos. Hicimos el Cursillo hace casi seis años, el Cursillo nº 923.
Hablar de las maravillas que Dios ha hecho en nosotros a raíz del Cursillo no es hablar de algo excepcional, en ese momento. Sí es cierto, que cuando bajas, en el Cuarto día, te sientes “tocado” de una manera especial, porque vives una experiencia muy intensa de cercanía con el Señor, pero también de cercanía con tus hermanos, compañeros de Cursillo…
Pero a nosotros, el Cursillo nos sirvió para darnos cuenta de las pequeñas maravillas que el Señor hace con nosotros día a día y que, de alguna manera, nos han cambiado: la maravilla de descubrir un Dios alegre, el Dios de la vida, que lo que quiere es que seamos felices y nos quiere, tal y como somos; la maravilla de aprender a descubrir en los demás aquello que nos une y no mirar sólo lo que nos separa; la maravilla de darnos cuenta de que una religiosidad compartida es mucho más enriquecedora y, así, descubrir gente maravillosa con la que compartimos fe y vida; la maravilla de comprender que hay que vivir abiertos siempre hacia el prójimo, atentos a lo de fuera y no mirarnos tanto a nosotros; la maravilla de redescubrir el valor de los sacramentos y la inmensa ayuda que nos aportan…
Sabemos que estamos en el camino y que no es fácil, pero también somos conscientes de que nos acompaña “el mejor” y, aunque fallemos muchas veces, seguimos intentándolo. El año pasado hicimos un Cursillo de matrimonios y, ahora, formamos parte de un Movimiento que se llama “Los Equipos de Nuestra Señora”, donde nos sentimos acogidos y ayudados en nuestra vida como matrimonio cristiano. Somos seis matrimonios que, junto con nuestro sacerdote y consiliario, formamos una pequeña comunidad en la que compartimos problemas y alegrías, pero, sobre todo, compartimos nuestra fe y nos ayudamos mutuamente a crecer como cristianos.
Este es nuestro pequeño testimonio. Un fuerte abrazo “de colores”
Manolo Quesada y Rosa Mª Pereda
Cursillo nº 923
Mari Carmen Polo
05/01/2012Vuestro testimonio interpela y ayuda saber las maravillas que hace el Señor en los demás. Os conozco de oidas, pero no personalmente. un abrazo de ¡COLORES!