El cursillo de Cristiandad realizado este mes de diciembre en la casa de San Pablo ha sido un maravilloso regalo de Dios para todos los participantes, desde los cursillistas a los responsables, con el Padre Manuel y Mari Carmen Roldán al frente de todos. Nadie, ni lo más descreídos entre los cursillistas, hemos dejado de sentir la presencia divina y amorosa de Dios, cerrando nuestras heridas y abriendo nuestras almas a la Gracia y a la Fe.
Es hermoso sentir como la semilla que Dios sembró en nosotros ha crecido y florecido durante el curso y sigue aún transformando nuestros corazones, con la ayuda del Espíritu Santo y hermanados en Cristo.
Gonzalo
Cursillo 1107
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