Había escuchado a mi madre mencionar en varias ocasiones que de joven había asistido a hacer unos cursillos de cristiandad y que para ella supuso una gran experiencia.
Poco más sabia yo de aquello.
A punto de cumplir los 40 llevaba un tiempo sintiéndome perdida, vacía y sin un propósito de vida.
Intentado buscar respuestas leía libros de desarrollo personal, motivación y coaching pero poco me calmaba todas aquellas lecturas.
Empezé a leer el evangelio casi a diario y la idea de aquellos cursillos me rondaban por la cabeza con cada vez mas frecuencia.
Sentía cada día mas latente que ese era el camino ,el Señor me llamaba a su encuentro en aquel lugar y que maravilloso recibimiento obtuve!
Cuanta paz, amor, misericordia y consuelo he experimentado en la Casa de San Pablo.
Ahora ya lo sé….. el Señor es mi respuesta.
Doy gracias cada dia por haber formado parte del cursillo 1108.
Hoy vivo mi cuarto dia llena de esperanza, fuerza y alegría apoyándome en una estupenda comunidad cristiana y todos juntos caminando de la mano del Señor.
Fuensanta
Cursillo 1.108
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