Mi relación con Cursillos se inició al alcanzar la mayoría de edad y participar en un Cursillo impartido por AC para las jóvenes generaciones. En él descubro el amor infinito de mi Padre Dios y su gran misericordia y ese encuentro me impulsa al deseo de conocer más a Dios y leer la Biblia, hasta el punto, de leerla dos veces seguidas.
Yo me había criado como hijo póstumo al cobijo de dos grandes mujeres de mi familia, mi madre y especialmente mi abuela; la familia pasó por dificultades económicas y tuve que dejar los estudios con 12 años para ponerme a trabajar.
Lamentablemente, en el ambiente laboral no encontré personas con valores cristianos, sino más bien todo lo contrario; pues bien, mi Cursillo, me cambió la mirada sobre mí mismo, sobre cada ser humano y lo más importante, me sirvió para reconocer y acoger a Dios como mi Padre, que desde entonces me guía.
En aquella época el Señor me concedió la oportunidad de conocer amigos como Rafael Carlos, Loli… mi Niña, que me acompañaron en mi proceso de conversión.
De los comienzos recuerdo la gran labor con la Vocalía de familias, que nos convocaba los domingos a padres e hijos en San Pablo para crecer juntos en la fe; cuando comenzaron los cursillos en san Pablo, no había salón de clausuras y yo participé en hacer realidad la construcción del salón que hoy disfrutamos, buscando donativos, mano de obra, materiales… Este proyecto de Juan Capó, pudo culminarse en dos años con las aportaciones de cientos de cursillistas de Córdoba capital y la provincia.
Formar parte de la Escuela me ha ayudado a formarme, a comprometerme con los que me necesitan y a descubrir los dones que he recibido de mi Padre Dios para compartirlos con los demás. Cada Cursillo en los que he participado, bien como responsable o como miembro de la cocina, me han permitido ser testigo de grandes transfiguraciones, pero sobre todo, han sido encuentros con el Señor y conmigo mismo y con esas experiencias son las que invito a mis amigos a hacer un cursillo.
Cada día comienzo la jornada con confianza, porque sé que voy de la mano de mi Padre, dando gracias por todo, por mi familia, por verlos unidos y tan cercanos y también por las cosas más pequeñas, pues vivo con la certeza de que mi Padre Dios y mi Niña, me cuidan desde el cielo.
Rafael Muñoz Ariza.
Loli garcia
05/11/2022Me ha encantado tu testimo Rafa, el Señor nos unió para trabajar en su viñay ahí estamos empeñados, desde el cielo tenemos muchos que nos ayudan a seguir,pero tenemos una muy especial » tu niña» que nos cuida y vela por nosotros. Gracias.