El cursillo 1123 ha significado para mí un fogonazo de realidad desde lo mas profundo de la divinidad, es una experiencia difícil de explicar, porque hay que vivirla y supongo que cada persona lo enfoca y pone a la práctica en su vida de una forma muy personal, pero todos en el mismo lenguaje y con el mismo sentido.

He aprendido que el Señor tiene una tarea y una respuesta para cada uno de nosotros, el fin de todo: la plenitud y la felicidad. Ahora entiendo que la finalidad de cursillos de cristiandad no consiste en los días de convivencia durante el fin de semana como una experiencia aislada, que va mucho más allá. El Señor nos llama mucho antes, en ese tiempo previo, nos preparamos con ilusión e incertidumbre para acercarnos a su encuentro, ÉL se ocupa de preparar todo lo demás, durante esa convivencia de fin de semana descubrimos su presencia en nosotros y encontramos sentido a muchas preguntas que siempre nos han preocupado o quizás no nos habíamos parado a plantearnos y una vez te encuentras con ÉL, el miedo y la incertidumbre se convierten en confianza y tranquilidad, porque encuentras respuesta y sentido a esos huecos vacíos que teníamos por no habernos parado a escucharlo.
Así estoy viviendo yo el cursillo, y en este momento, cada día, me pongo en sus manos para caminar y aprender a disfrutar de vivir una vida de amor y de entrega. Ahora siento la necesidad de beber de esa agua viva y eterna para llenar los vacíos que había antes, por eso tengo claro que quiero seguir caminando con ÉL como eje de mi vida, para alcanzar la plena felicidad, que solo ÉL sabe dónde está. De esta forma poder rebosar y contagiar esta vida a las demás personas que se crucen en nuestro camino, porque no hay unión mas verdadera con el Señor que a través de los demás.
José María Santiesteban. Cursillo 1123
Margarita Lucena
07/04/2022De Colores.