En junio de 2009 tuve la gran suerte de hacer mi Cursillo de Cristiandad, el número 968.
Debido a mi trabajo y a mi situación familiar (tres niños pequeños), durante todo el curso 2008-2009, viví como todos mis compañeros de la Comunidad Parroquial de Santa María la Mayor de Baena, iban subiendo a Cursillos y yo me quedaba atrás. Pero Dios, nuestro Dios, me dijo “ya te ha llegado la hora, apárcalo todo durante tres días y dedícatelos a ti, hazte ese regalo”
La primera noche, si hubiese tenido mi coche aparcado en la puerta de esa bendita Casa de San Pablo, me hubiera ido para mi casa. Pero el viernes cambió todo. Él me tocó el corazón y me dio tan fuerte que me estremeció, me abrió los ojos, me dio la vuelta y me hizo ver que soy una privilegiada, que tengo a Dios a mi lado y que está junto a mí.
Desde el cuarto día, centro mi vida en Dios y, a pesar del montón de problemas que la vida me presenta, tomada de la mano de Él, estos se superan.
El amor de Dios se palpa en cada mirada, en cada gesto, en cada palabra de cada una de las personas que hacen posible un Cursillo de Cristiandad. Para todos ellos, infinitos besos y gracias ¡¡de colores!!
Si Cristo cuenta contigo, no lo defraudes.
Asun Trujillo León-Salas
Cursillo nº 968
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