Como momento importante al acercarnos a la semana de pasión de nuestro Señor Jesucristo, el martes 16 de marzo celebramos en nuestra casa de San Pablo el Vía Crucis, con una participación muy numerosa: las estaciones fueron recorriendo espacios dentro y fuera de la casa.
Desde la primera estación, donde Jesús es condenado a muerte, pasando por las caídas, las ayuda del Cirineo, el paño de la Verónica, la desnudez de su cuerpo en la Cruz, su muerte horrorosa, el corazón destrozado de su madre y todo lo que acompaño a esa ignominia que sufrió Jesucristo, pudimos recordar y acoger una vez más en nuestro corazón la donación que Dios a través de su hijo realizó por todos nosotros, para que tuviésemos Vida y Vida en plenitud.
Mientras tanto nos seguimos preparando para hacer realidad en nuestras vidas la resurrección del Señor y así poder sentir la alegría que vivieron las mujeres al descubrir el sepulcro vacío, y proclamar a los cuatro vientos que Jesús ha resucitado, que lo ha dado todo por nosotros y nos sentimos justificados y perdonados por nuestro Dios.
Santa Semana. De Colores.
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