Era muy jovencita cuando hice mi Cursillo, tenía recién cumplidos 18. Alguna vez, me he preguntado si no lo hice demasiado pronto, pero no, fui afortunada, muy afortunada porque el Señor se fijó en mi y tocó a mi puerta en el momento justo, se hizo presente en mi vida y la cambió.
Muchas son las vivencias que se tienen en el Cursillo, y para mi, lo mejor fue sentir a un Dios padre que me cogía de la mano porque me quiere y me necesita. Como podéis imaginar, durante estos años no siempre he estado a su altura, y muchas veces lo he decepcionado. Sentirse querida por Dios es lo mejor, ver como a pesar de los tropiezos Él sale una y otra vez a tu encuentro, saber que se sirve de personas, de momentos… Mi respuesta fue SÍ, me puse en sus manos y aquí estoy, agradecida porque a pesar de las dificultades que se presentan en la vida, Él ha estado siempre a mi lado.
Poco a poco, he ido encontrado la forma de ayudar en la Iglesia. Desde siempre me han encantado los niños, así que mi primera acción fue ponerme a disposición de mi Parroquia, «Santa Marina», y en ella estuve preparando a los niños de primera comunión hasta que nació mi hija, que estuve un tiempo alejada de todo, dedicada a mi familia.
Como decía antes, el Señor se vale de muchas cosas para hacer que te agarres a Él. De nuevo llamó a la puerta… En el colegio de mis hijos me dieron la oportunidad de dar catequesis y ya llevo ocho años. Una cosa que he aprendido durante este tiempo es a estar atenta a las llamadas que hace el Señor, y así me ha ido dando oportunidades, de nuevo con niños, pues hace dos años me incorporé a la Parroquia de Santa Luisa de Marillac, y agradecida estoy al Señor por haberme puesto a esta comunidad en mi camino.
¿Que me faltaba? Compartir con mi marido. Y como digo, el Señor es grande y nos brinda la oportunidad de formar parte del Movimiento de Cursillos, y en él estamos. Es lo que necesitábamos para enriquecer nuestro matrimonio. En el Movimiento tenemos muy buenos amigos que nos ayudan a crecer y a mantenernos activos.
Por último, me gustaría compartir con vosotros, que mirando hacia atrás me siento querida por el Señor, agradecida por tantas personas que me ha puesto en mi camino. ¡De Colores!
Amalia Toledano Guisado
Cursillo nº 609
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