
Del 25 al 28 de Junio de 1958 se celebra el primer cursillo de la Archidiócesis de Oviedo.
La organización de dicho cursillo corrió a cargo del Consejo Diocesano de la Juventud de Acción Católica (así fue durante los primeros años). Los dirigentes de ese cursillo procedían de las diócesis de Madrid, Santiago de Compostela, León y Santander.
La impactante vivencia de los 28 cursillistas que asistieron a ese cursillo hizo que volvieran a sus ambientes y parroquias “lanzados a ganar Asturias para Cristo”, así lo describe un querido amigo cursillista que vivió ese cursillo número uno.
Comenzaron entonces a darse cursillos muy seguidos; a invitar al sacerdote de la parroquia, que se involucraba y entonces a su vez invitaba a otros fieles. Y así, enseguida, en el año 60 D. Ezequiel Fernández, nuestro consiliario durante más de 50 años, gran enamorado del movimiento, que lo acompañó e impulsó hasta el final y que hoy día ya descansa en la casa del Padre, junto con un nutrido grupo de dirigentes (aquí pondría muchos nombres propios, pero no es el caso y se me olvidarían algunos. Sí decir que gracias a ellos y a su perseverancia y ardor evangelizador, a su fiel trasmisión del carisma, estamos hoy aquí) formaban la escuela y el primer secretariado. Se reunían de forma casi clandestina, llegando incluso a hacerlo en una cafetería pues aquellos años no eran fáciles. Así fue hasta la llegada de D. Enrique Tarancón como Arzobispo de Oviedo en 1964, con quien se constituyó oficialmente el Secretariado Diocesano.
Fueron años de dirigentes recios y entregados. Testimonios de mineros donde los cursillos hicieron mucho bien en la cuenca minera. Se expandieron ultreyas, reuniones de grupo… La ilusión era enorme; no paraba la actividad: cursillos, jornadas de vida cristiana, etc… Tenían ansias por transmitir la Fe.
Los primeros dirigentes de mi diócesis me han transmitido que el cursillo les supuso la certeza del encuentro personal con Cristo; que les fue proclamado el Kerigma y que asistieron a la proclamación viva del Dios vivo.
Y en esas seguimos hoy… casi 64 años tratando de ser fieles al carisma que nos fue regalado.
Acabamos de clausurar el cursillo 515 de nuestra diócesis. Por cursillos en Asturias han pasado casi trece mil personas; tenemos ultreyas semanales en Oviedo, Gijón y Avilés, principales núcleos urbanos del Principado, donde nos encontramos con la comunidad; nos animamos y nos ayudamos a crecer. También hay Ultreyas mensuales en Ciaño (Langreo), en Mieres y en Tapia de Casariego (Oriente de Asturias) pues ahí donde hay grupos nutridos de cursillistas la Ultreya, como cauce de post-cursillo, ayuda a crecer y mantener el vínculo y la llama encendida.
Mencionar también que en todos estos años ha habido un montón de Ultreyas extraordinarias por diferentes zonas ya que a los cursillos obviamente acuden personas de toda la geografía asturiana.
Lo mismo hacemos con las clausuras. A día de hoy se programan seis cursillos por curso y, como gracias a Dios muchos sacerdotes diocesanos acuden como directores espirituales a los cursillos, cada clausura la vamos celebrando en distintas parroquias de Asturias donde el párroco y la comunidad acogen y reciben al cursillo gozosamente.

Nuestra Escuela ha pasado por diversas etapas, con sus luces y sombras. Soñamos con vivir una Escuela fiel al carisma recibido, aún con todas las limitaciones y deficiencias que tenemos los mimbres humanos que somos las personas que la formamos.
Ahora mismo la tenemos de periodicidad mensual y única para todos los dirigentes de la diócesis. En ella tratamos de combinar formación general de la Iglesia con formación metodológica de nuestro movimiento. Intentamos estar integrados en la Pastoral Diocesana como movimiento eclesial que somos y al día con lo que la Iglesia y el MCC nos van pidiendo en cada momento.
La pandemia, como a todos, nos dejó un poco “fuera de juego” y durante muchos meses se paró la actividad, lo que hizo mella en nuestra comunidad. Gracias a Dios comenzamos a remontar un poco el vuelo los últimos meses del curso 2020-2021 con los medios virtuales y algunas ultreyas presenciales cuando se pudo. Ya en Septiembre – Octubre de 2021 al comenzar el nuevo curso, se recuperó la presencialidad y la celebración de cursillos.
A finales de Septiembre, en Navidad y en Pascua celebramos encuentros (que aquí llamamos “Plenos”) en el Seminario Metropolitano, donde nos juntamos todos: cursillistas y dirigentes. Son tres momentos fuertes durante el curso en los que compartimos oración, formación, convivencia y celebración pues dura toda la tarde y acaba con Eucaristía y cena.
Ahora mismo tenemos unos brotes verdes que son un grupo de jóvenes con gran entusiasmo y ganas de trabajar por el Reino desde esta parcela de la Iglesia. Se sienten llamados a participar en este bendito movimiento y esperamos saber acompañarlos para con todos los medios de poscursillo que tenemos a nuestro alcance y esperemos que, a no mucho tardar, con una pre-escuela que les ayude a integrarse como dirigentes. Pero sobre todo también con algo que os pido a los que me estáis leyendo: con nuestro TAO: Testimonio, Amistad y Oración. Vuestra oración les hará y nos hará mucho bien.
¡¡DE COLORES!!
Eva Álvarez.

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