Mi nombre es Berta Camacho Mohedo, soy la más pequeña de una familia de tres hermanos algo revoltosos que vivimos en una calle de Córdoba con nombre de santo.
A mis papás les gusta poner la música en el coche cuando viajamos. En uno de sus discos preferidos, un cantante que se llama Antonio Vega se pregunta: “¿Quién nos llamó? ¿Quién pudo ser?… Nos puso de la mano desde el primer día”… Y ellos se ríen.
En casa no somos demasiado providencialistas, pero lo cierto es que en un Cursillo de Cristiandad -diremos el número porque este año el número importa, el 870- fue donde mis papás se conocieron. Y unos meses después, en el pueblecito francés de Taizé se hicieron novios. Estas dos experiencias compartidas cambiaron la vida de mis papás y a partir de ahí iniciaron su caminata, fundando la familia que hoy somos.
Con esto quiero decir que desde el principio han compartido una misma fe y también unas mismas inquietudes. Y que Cursillos de Cristiandad, por supuesto, ha sido y es una referencia importantísima en nuestras vidas. Desde que hicieron su Cursillo y desde que vivieron la experiencia también del Cursillo de Matrimonios.
Pronto mamá habló a papá de su reunión de grupo. Se trataba de un grupo de amigos que se reunían, semanalmente, en la parroquia de San Pelagio y que contaba con la dirección espiritual del párroco, el padre Ernesto Sánchez Gey. El grupo que se inició cuando eran estudiantes, y hoy, con los años, se ha convertido en una reunión de matrimonios que tratan de poner al Señor en el centro de sus vidas, para que Él las ilumine y las llene de sentido.
Mis papás me cuentan que ser cristiano es saber que tienes Padre, aunque está de viaje, y eso para mucha gente es como tener un tío en “Graná”. Pero, para ellos, saber eso es importante porque vivir con esperanza es una forma diferente de vivir. Como si fuera “De Colores”.
La ilusión de mis papás, que ellos llaman Ideal, es que un día también nosotros descubramos que tenemos un Padre que nos quiere y que nos acompaña, que espera de nosotros que seamos hijos receptores y transmisores de amor, que nos dejemos encontrar por Él cuando estemos perdidos… En esta tarea ellos saben que no están solos, que cuentan con la Iglesia, que dicen que es un faro, o una luna que a veces está pequeñita y otras veces luce llena, pero que siempre da la luz más preciosa, la que ilumina en la oscuridad de la noche.
Ojalá, que todos nuestros hermanos, puedan experimentar un día la alegría de saber que, como decía Juan Mateos, podemos llamar a Dios Padre porque es fuente de vida. Y si este descubrimiento es en un Cursillo, pues mucho mejor.
Alicia Mohedo Gatón
Cursillo nº 870
lourdes Leon
29/03/2012Hola senora Alicia. Yo soy de costa rica,centro america. vivo en tampa,florida.usa. Y me encantaria saber si el padre Ernesto que aqui se menciona ,es el mismo que fue a una mision en costa rica en 1972. Pues nada me gustaria saber como esta el ,poder escribirle y salydarlo. Puede usted hacer algo por mi. Mi direcciones 15905 layton ct,tampa,florida. 33647. se lo agradeceria mucho.gracias. Lourdes leon
lourdes Leon
29/03/2012Hola senora Alicia. Yo soy de costa rica,centro america. vivo en tampa,florida.usa. Y me encantaria saber si el padre Ernesto que aqui se menciona ,es el mismo que fue a una mision en costa rica en 1972. Pues nada me gustaria saber como esta el ,poder escribirle y salydarlo. Puede usted hacer algo por mi. Mi direcciones 15905 layton ct,tampa,florida. 33647. se lo agradeceria mucho.gracias. Lourdes leon
Alicia Gatón Serna
03/03/2012Es cierto que es necesario tener una comunicacion con el Señor de forma contínua. Si no tenemos comunión con el Señor nos podemos perder en este mundo sin rumbo. Creo que lo más importante es reconocer que hemos pecado, arrepentirnos delante de Jesucristo y tomar la decisión de que Él sea nuestro Salvador y Señor.