Desde la alegría de sentirnos llamados por el Señor para trabajar en su viña, el pasado jueves 7 de junio, celebramos en nuestra casa de San Pablo una Eucaristía de Acción de Gracias, para poner el broche de oro a otro curso que el Señor nos ha regalado a los Grupos y a los Postcursillos en nuestro Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Llegando al final de este curso, es un momento propicio para dar gracias a Dios de todo corazón. Pero más que el final es el principio del próximo. Aprovechemos este tiempo de descanso que nos regala el Señor para crecer en oración, en formación y en acción, nuestro trípode.
Clausuramos un curso que ha sido importante para todos nosotros: nuestra Diócesis ha celebrado ya 1008 Cursillos. 1008 oportunidades para que hombres y mujeres, muy diferentes entre sí, se hayan encontrado con el Señor. Sigamos trabajando con toda nuestra ilusión para que este encuentro, que nosotros tuvimos con el Señor, lo puedan disfrutar la mayoría de las personas que Dios va poniendo en nuestras vidas, para que ellos también descubran la felicidad de vivir la vida de Jesús.
Y para todos vosotros, miembros de Grupos y Postcursillos, mi enhorabuena y mi felicitación desde lo más hondo del corazón; a todos y a cada uno, a vuestros Ggrupos y a vuestros Postcursillos, porque durante todo este curso habéis estado presentes en la vida del MCC y, por lo tanto, en la vida de la Iglesia. Habéis acudido con ilusión y alegría a todo lo que desde el Área de Inserción se os ha propuesto y habéis hecho que todo el trabajo y todos los desvelos adquieran pleno sentido.
Conso Moreno Rodríguez
Responsable del Área de Insercción Diocesana del MCC
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