En el Movimiento de Cursillos de Cristiandad partimos del hecho que la Espiritualidad es una experiencia, una vivencia, un estilo de vida. Nuestra Espiritualidad como Movimiento está centrada en Jesucristo, alimentada por la Gracia que conduce a una efectiva experiencia de Dios; está empeñada en un proceso de conversión integral, progresiva y permanente que se nutre de la oración, la Palabra de Dios y los Sacramentos para que lleve a sus miembros a la santidad, concretándose en la fermentación evangélica de los ambientes. El cursillista, en definitiva, es un cristiano que, movido por el Espíritu Santo, busca vivir esa Espiritualidad en la totalidad de su vida, en plena comunión con la comunidad eclesial.
Vivir la Espiritualidad del Movimiento de Cursillos es vivir la radicalidad del proyecto del Reino de Dios, es vivir un “espíritu de peregrinación”, de encarnación y de compromiso; involucrados por la vida divina de la gracia, siguiendo los pasos de Jesús de Nazaret, comprometidos con los criterios de las bienaventuranzas y del Padrenuestro en la evangelización de sus ambientes, a través de pequeñas comunidades de fe (grupos de acogida, parroquias, movimientos, reuniones de grupo) presentes en ellos como fermento, sal y luz. En suma, es vivir la ORACIÓN, la FORMACIÓN y la ACCIÓN.
Manuel Sánchez Gómez
Consiliario del MCC de Córdoba
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