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“Escuela Católica y Nueva Evangelización”, artículo del Obispo Consiliario del MCC España

La escuela católica, como obra catequizadora, ocupa un puesto primordial en la instrucción y educación religiosa de las nuevas generaciones

Es un medio privilegiado para la formación integral del hombre, en cuanto  que ella es un centro donde se elabora y donde se transmite una concepción específica del mundo, del hombre y de la historia.(La escuela católica, n. 8. Sagrada Congregación para la Educación Católica, Roma 1977).

Donde sea posible hay que promover y apoyar a la escuela católica que con frecuencia constituye uno de los pocos espacios de libertad y al mismo tiempo hay que ayudarla a ser auténtica comunidad en conexión con las demás instituciones eclesiales, sobre todo con la parroquia y la diócesis.

La escuela católica «persigue, en no menos grado que las demás escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota distintiva es crear un ambiente de la comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y de caridad, ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia persona crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo, y ordenar, finalmente, toda la cultura humana según el mensaje de la salvación, de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre» (GEM 8).

La Iglesia realiza también, por medio de la escuela católica, el deber de anunciar a los hombres de todos los tiempos la salvación que Dios ha realizado para ellos en Cristo, Salvación que debe llegar al universo mismo, con todas las realidades humanas y realidades terrestres. Los campos científicos y técnicos, económicos y sociales, políticos y artísticos. Y la escuela será la encargada de realizar esta síntesis unitaria entre la cultura profana y el conocimiento religioso.

Cuando los alumnos y sus familias acuden a la escuela católica por su carácter católico, el ministerio de la Palabra puede ejercerse de muchas maneras. Dos formas tienen particular relieve: la enseñanza religiosa escolar y la catequesis.

Cuando los alumnos y sus familias acuden a la escuela católica por otras circunstancias, la actividad catequética queda necesariamente limitada y la enseñanza religiosa escolar acentuará su carácter cultural (DGC 260).

En nuestros días la escuela Católica también ha de plantarse como un lugar adecuado para la Nueva evangelización porque también son frecuentadas por alumnos no católicos y no cristianos y por supuesto por familias a veces alejadas de la Iglesia. El Papa Benedicto XVI ha hablado  de “emergencia  educativa” (Lineamenta, 20). la misión  de la Iglesia es evangelizar  y la escuela Católica juega un papel crucial, recordando que la verdad de la fe y la verdad de la razón nunca se contradicen. Se necesitan  educadores valientes y auténticos para que nunca su misión se reduzca  solo a la trasmisión de determinadas habilidades o capacidades para hacer mientras se busca apagar el deseo de felicidad de las nuevas generaciones, colmándolas con objetos de consumo y con gratificaciones  efímeras. La escuela católica ha de contribuir a una formación integral de la persona.

El Mensaje final del sínodo de Obispos también nos ha ofrecido orientaciones para el mundo de la cultura e instituciones educativas. “En este ámbito- declara el sínodo- merecen una atención especial las escuelas y universidades católicas, en las que la apertura y la trascendencia propia de todo itinerario cultural sincero y educativo debe completarse con caminos de encuentro con la persona de Cristo y de su Iglesia”(nº10)

No tengamos miedo a ofrecer  y defender con todas las consecuencias y exigencias la escuela católica sabiendo que estamos defendiendo el derecho fundamental humano a la verdadera y plena libertad de enseñanza y las tareas fundamentales de la Iglesia a educar en la fe, en el seguimiento y en el testimonio ayudando a entrar en una relación viva con Cristo. La nueva evangelización ha de llegar también a la escuela católica.

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