En esta ocasión el párroco D. Alejandro Peñalta dio una hermosa predicación en la que manifestaba que Dios nos entrega su Amor solo por ser sus hijos, aunque no le correspondamos y a pesar de nuestros pecados y faltas. Explicaba que Dios nos ama como somos y aunque le fallemos y que no nos exige ser perfectos. Nos invitaba a que sintamos el Amor de Dios y a que seamos conscientes de la Gracia. Indicaba que en el mundo pueden cambiar muchas cosas, pero que el Amor de Dios nunca va a desaparecer.
D. Alejandro nos proponía que diéramos lo mejor de nosotros mismos en las cosas sencillas y pequeñas, sin que signifique que tengamos que ser perfectos o los mejores.
Nos pedía que fuéramos alegres en nuestro día a día, que disfrutemos la vida y que sonriamos.
Tras sus palabras se continuó con la adoración al Santísimo, orando por la Iglesia, los sacerdotes, los movimientos cristianos, el movimiento de cursillos en particular, por los cursillos, por los enfermos y los débiles.
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