Con una convivencia celebrada los días 26 y 27 de septiembre ha comenzado un nuevo curso del MCC-Córdoba en nuestra casa de “San Pablo”, y lo hemos querido hacer desde la oración.
Y que mejor maestra de oración que Santa Teresa en la celebración de su quinto centenario, modelo y protectora de la nueva evangelización. La reformadora que antes que nada hizo su reforma personal y la de sus hijas, llamadas a ayudarle a llevar adelante su misión; la que consideraba más valioso ganar una persona para Dios que cualquier otra cosa. Esta jornada de oración la hemos querido hacer con ella, con la que admiraba y veneraba a la Iglesia del pasado pero que no se dormía en las glorias pretéritas y trataba de edificar la Iglesia del presente.
Que mejor ejemplo que el de Santa Teresa para nosotros, Escuela de Cursillos de Cristiandad para renovar nuestro entusiasmo, disponibilidad y trabajo. Renovarlo desde nuestra reforma interior, buscando modalidades que permitan ir adelante con nuestro carisma sin permitir que los condicionantes externos nos bloqueen.
A continuación nuestro consiliario D. Manuel Sánchez nos ha hecho reflexionar sobre esa reforma interior poniéndonos el ejemplo de Nicodemo y de cómo desde sus planteamientos humanos no podía comprender a lo que el Señor se refería cuando nos llama a nacer de nuevo, ya que solo desde el espíritu se puede entender esto.
Ese nacer de nuevo que significa la reforma total de nuestro corazón para que corra por nuestra venas un rio de misericordia; un cambio radical en nuestras vidas que solo se puede hacer desde aquel que todo lo puede y porque todo lo puede cambia nuestra debilidad en fortaleza. El señor nos pide un seguimiento radical, como lo hizo María, Mateo, la mujer adúltera o Zaqueo.
Hemos comenzado el domingo con el rezo de Laudes y a continuación nuestro presidente, Javier Martínez ha compartido con la escuela la reflexión sobre el lema para este curso: FÍATE DEL ESPÍRUTU, VE SIEMPRE MÁS ALLA, lema inspirado en las palabras que el Papa Francisco dirigió al MCC en la Ultreya europea celebrada en Roma en mayo de 2015. Javi nos llamaba a Vivir este curso con ilusión como si fuera el primero, con intensidad como si fuera el último y con pasión como si fuera el único, teniendo como motor de nuestra evangelización al Espíritu Santo y siendo dóciles a Él, sabiendo que cuando tenemos esta actitud el Espíritu Santo nos enseña y nos dice lo que tenemos que hacer.
Una llamada a invocarlo constantemente y fiarnos totalmente de ÉL, que nos irá abriendo caminos; sin tener miedo a las sorpresas de Dios, seguros de que el Señor no nos va a pedir más de lo que podamos dar, pero si todo lo que podamos dar, y con esta confianza podremos ir más allá. El Señor nos llama a comunicar el primer anuncio de su buena nueva más allá, por lo que tenemos que salir a las periferias, no solo a las periferias geográficas, sino también a las espirituales de tantas personas que están esperando la palabra de Dios. Hemos sido elegidos para las cosas pequeñas pero que nos llevarán más allá, hacia las cosas grandes, fieles al carisma pero abierto al Espíritu.
Esto lo queremos hacer desde la oración, desde la confianza, sabiendo reconocer nuestras miserias porque esto nos hará más misericordiosos con nuestros hermanos, desde el encuentro personal y renovación diaria. Sabiendo que tenemos un ejemplo de confianza total, nuestra Madre Maria la que se fio totalmente del Espíritu y también Santa Teresa que a través de su trato con el amado cambio su vida y supo transformar las estructuras eclesiales en las que vivía.
Acabamos la jornada con la Eucaristía de acción de gracias por lo vivido y de envío a la tarea del nuevo curso. DE COLORES.
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