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Celebración del día de la conversión de S. Pablo.

El MCC ha celebrado con una Eucaristía en la Casa de Cursillos de Córdoba, el día de la Conversión de S Pablo. Posteriormente, hubo una cena compartida

La noche del 22 de enero, se congregaron un gran número de sacerdotes, seminaristas y cursillistas en la fiesta de nuestro maestro e intercesor, S Pablo, al que todos hemos de agradecer que sea para nosotros un estímulo para crecer en el compromiso de evangelizar con fidelidad y alegría el mundo actual: “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!
En la acción de gracias con la que finalizó la celebración eucarística, se reconoció el valor de la colaboración de todas y cada una de las personas que trabajan con amor y cariño por el movimiento y aquellas que han colaborado con cursillos de cristiandad hasta que las fuerzas les han acompañado. De estas últimas personas recibimos emotivos testimonios sobre su vivencia de cursillo. Todos coincidieron en resaltar la gran experiencia de agradecimiento a Dios que ha quedado grabada en sus corazones, la transformación que había supuesto en sus vidas; desde entonces, son mujeres y hombres nuevos, configurados con Cristo por el don del Espíritu y con el convencimiento de que Dios camina a su lado. Reconocieron que trabajar en cursillos es trabajar por el Reino, es colaborar con el Señor para que siga iluminando a otras personas.
Todos ellos, los que pudieron asistir y los ausentes, deben ser modelos a seguir por las siguientes generaciones puesto que han sabido mantener vivo en su corazón el encuentro con su Señor sin dejarse abatir por las dificultades ni el desánimo.
Tras el encuentro con Cristo en la Eucaristía, pasamos a degustar la cena compartida con la alegría del don recibido, por pura gratuidad y amor de nuestro Señor. El ratito compartido nos ha reforzado física y espiritualmente y volvimos a casa con entusiasmo porque sabemos de quién nos fiamos, nos fiamos de Dios.

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