El Viacrucis lo comenzamos en la capilla con la asistencia de unas cien personas. Fue un precioso ratito de oración haciendo el recorrido habitual por dentro y fuera de nuestra casa de San Pablo.
Las estaciones fueron leídas por diferentes personas y nuestro Cristo llevado a hombros por personas que voluntariamente quisieron tener ese privilegio. Al final de las estaciones 4° y 13°, una joven del grupo de pastoral gitana que nos acompañaba, entonó unas saetas que a todos nos emocionaron y sobrecogieron.
Fue un Viacrucis muy vivido por parte de todos los asistentes a nuestra casa de San Pablo. Cada estación del Vía Crucis nos hace caer en la cuenta de cómo vivimos y que hacemos o dejamos de hacer en nuestras vidas.
Escuchando cada estación sientes la soledad y el dolor que sintió el Señor y que todo lo hizo por su infinito amor. Te Alabamos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste el mundo y a mi pecador !!!
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