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Transmitir la fe que vivimos

   Llevo bastante tiempo dándole vueltas al «encargo» de escribir un testimonio de como vivo mi ser cristiano y, quizás, porque hacer un ejercicio de introspección personal cuesta. Me considero un privilegiado por muchas cosas pero, especialmente, por la formación y vivencia cristiana que he tenido y por la calidad humana de las personas que me acompañan en mi camino. Intento todos los días interiorizar la frase de San Juan Bosco… «buenos cristianos y honrados ciudadanos…»  porque para mi, ese debe ser el testimonio mas importante, trasmitir en el día a día con nuestra «forma especial de hacer las cosas»: la fe que vivimos.

   Con el paso del tiempo, mi hacer en la Iglesia ha pasado por diferentes etapas, aunque desde muy joven siempre he participado de la vida de una parroquia y, en especial, la de San Nicolás, donde comencé siendo catequista, donde Yolanda y yo nos casamos, bautizamos a nuestros hijos, celebramos sus comuniones, nuestra reunión de matrimonios, muchos cursillos prematrimoniales compartidos con jóvenes parejas en su preparación al matrimonio… En fin, hemos vivido gran parte de nuestra vida de fe en la parroquia. Aún formamos parte de un grupo de matrimonios donde, Yolanda y yo, tenemos posibilidad de compartir entre nosotros y con otros matrimonios.

   En el Movimiento de Cursillos, «ayudo» desde la retaguardia al compromiso de Yolanda en el Movimiento, y para el que deseo que siga realizando, durante muchos años más, esa extraordinaria obra para la Iglesia Diocesana y, lo más importante, para el interior de las miles de mujeres y hombres que viven esta experiencia.

   Como soy más pragmático que espiritual, aunque me alimento con la espiritualidad ignaciana a través de los ejercicios espirituales que procuro vivir anualmente, en la actualidad participo activamente en la asociación de voluntarios de la entidad financiera para la que trabajo, siendo desde hace un mes su presidente. Intentamos, dada la situación que estamos viviendo de crisis, darle un cariz muy social a la labor que realizamos.

   Tanto Yolanda como yo, entendemos que  nuestro compromiso fundamental es a través de nuestra familia, por lo que tratamos de implicarnos como cristianos en las actividades de nuestros hijos: formo parte del AMPA del colegio y soy secretario en el Comité del Grupo Scout de los niños, echando una mano en todo lo que está dentro de nuestras posibilidades, porque entiendo que el Señor me pone mil oportunidades para ser cristiano en mi tarea de cada día. Doy gracias al Señor porque siempre se ha hecho presente en mi vida y me ayuda a recorrer el camino con su compañía.

   Aprovecho para dar la enhorabuena a todas las personas que han hecho posible que el Movimiento alcance sus Mil Cursillos.

Perdo J. Ruiz Amo
Cursillo nº 660

 

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