El martes día 29 de noviembre en nuestra casa de San Pablo hemos celebrado un retiro para comenzar el Adviento y disponernos a vivir la Navidad. En él hemos tenido una Eucaristía concelebrada por nuestro consiliarlo Manuel Sánchez y el viceconsiliario Francisco de Asís Roldan.
Don Manuel nos ha hecho reflexionar sobre el significado del Adviento y fijarnos en la vida de Jesús, que nos invita a ser sus discípulos. Es una llamada a acoger el amor que viene del Padre.
Que esta llamada es una llamada silenciosa, pausada, es una llamada de contemplación, la del niño Jesús que nace con sus circunstancias y se integra en los acontecimientos que le ha tocado vivir y acepta los acontecimientos de su vida. Que no rehúye la debilidad, la pobreza y la inseguridad de las circunstancias que rodearon su nacimiento.
En esta contemplación silenciosa nos invita a aceptar nuestros propios límites, a reconciliar nuestra existencia con nuestra vida real. Porque este es el lugar donde podemos encontrarlo y donde Dios nace, no donde imaginamos unas circunstancias ideales. Quiere vivir nuestra vida, nuestra realidad, nuestra situación real y no nuestras fantasías. Tenemos que aceptarnos como somos. Ese es nuestro Belén el de nuestras condiciones reales.
Su nacimiento rompe las distancias entre Dios y el hombre, y se queda para siempre con nosotros en la Eucaristía.
El sentir a Jesús en nuestras circunstancias y no en las condiciones ideales, nos hace comprender las diferencias que tenemos unos y otros y esto nos lleva a relaciones de fraternidad y aceptar la llamada a sentirnos hermanos.
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